Bogotá Guillermo Rodríguez. El Juli’, expresó su apoyo
a la afición bogotana que pasa por un difícil trance con la decisión del
alcalde Gustavo Petro de no permitir las corridas de toros y aunque no lo
mencionó confió en que la fiesta brava no caiga en la capital colombiana en las
garras de la política.
Según él, La Santamaría es una de las plazas con más afición al toreo y clamó para que no se acabe con la ‘fiesta brava’.
“Bogotá, apasionada y sensible, exigente y entregada. Una plaza especial y mágica”, aseguró a través de Twitter el madrileño que pasa por momentos muy críticos con su lesión en el hombro derecho que tiene en vilo su mano a mano del proximo 25 con José Tomás en Badajoz.
Usando el twiter , fue contundente, cuidándose diplomáticamente de mencionar por su nombre y cargo al burgomaestre Petro :
“Que el toreo no caiga otra vez en manos de un capricho político”, escribió ‘El Juli’.
Petro anunció el miércoles que la plaza de toros de Santamaría se transformará en "un escenario de cultura y educación".
Petro señaló a través de un comunicado de prensa que "la Plaza hará parte del sistema de educación distrital", en la que se darán cita literatos que dictarán clases a estudiantes de colegios públicos.
El alcalde Petro le había pedido a la Corporación Taurina de Bogotá, que administra la plaza, que en los festejos no se diera muerte al toro, pero la empresa no asistió porque no es cosa de negociar la Constitución y la Ley que marca pautas muy claras y estrictas en la corrida de toros que no están para el uso privativo de nadie y menos de la autoridad.
Pero alcalde apuntó con su peculiar estilo sobre el contrato que tiene la Corporación con el IRD :
"Es un contrato celebrado entre un mandante, que es el Distrito, para un mandatario (la Corporación Taurina), para hacer un mandado (las corridas de toros). Como el mandante dijo que las corridas dejarán de tener actos de crueldad, incluida la muerte del toro, y la Corporación Taurina no hizo caso, pues habrá un cambio", recalcó Petro.
Añadió que la Santamaría es propiedad de los bogotanos y seguirá al servicio de la ciudad, tal y como ocurre con el teatro Jorge Eliécer Gaitán, la Plaza de Bolívar y la red de museos del Distrito, entre otros.
En enero, a pocos días de tomar posesión de su cargo, Petro renunció al uso del palco que la Plaza tiene reservado a la máxima autoridad de la capital
Según él, La Santamaría es una de las plazas con más afición al toreo y clamó para que no se acabe con la ‘fiesta brava’.
“Bogotá, apasionada y sensible, exigente y entregada. Una plaza especial y mágica”, aseguró a través de Twitter el madrileño que pasa por momentos muy críticos con su lesión en el hombro derecho que tiene en vilo su mano a mano del proximo 25 con José Tomás en Badajoz.
Usando el twiter , fue contundente, cuidándose diplomáticamente de mencionar por su nombre y cargo al burgomaestre Petro :
“Que el toreo no caiga otra vez en manos de un capricho político”, escribió ‘El Juli’.
Petro anunció el miércoles que la plaza de toros de Santamaría se transformará en "un escenario de cultura y educación".
Petro señaló a través de un comunicado de prensa que "la Plaza hará parte del sistema de educación distrital", en la que se darán cita literatos que dictarán clases a estudiantes de colegios públicos.
El alcalde Petro le había pedido a la Corporación Taurina de Bogotá, que administra la plaza, que en los festejos no se diera muerte al toro, pero la empresa no asistió porque no es cosa de negociar la Constitución y la Ley que marca pautas muy claras y estrictas en la corrida de toros que no están para el uso privativo de nadie y menos de la autoridad.
Pero alcalde apuntó con su peculiar estilo sobre el contrato que tiene la Corporación con el IRD :
"Es un contrato celebrado entre un mandante, que es el Distrito, para un mandatario (la Corporación Taurina), para hacer un mandado (las corridas de toros). Como el mandante dijo que las corridas dejarán de tener actos de crueldad, incluida la muerte del toro, y la Corporación Taurina no hizo caso, pues habrá un cambio", recalcó Petro.
Añadió que la Santamaría es propiedad de los bogotanos y seguirá al servicio de la ciudad, tal y como ocurre con el teatro Jorge Eliécer Gaitán, la Plaza de Bolívar y la red de museos del Distrito, entre otros.
En enero, a pocos días de tomar posesión de su cargo, Petro renunció al uso del palco que la Plaza tiene reservado a la máxima autoridad de la capital
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